No pienso utilizar quizá.
Casi puedo recordarme tatuado
en la piel cristalina,
engordada por el tiempo.
Y casi puedo imaginarme enfurruñado,
prestado para ser roto,
sacado de mis casillas
y finalmente apartado al desuso.
No pienso utilizar quizá.
Pero es cierto que hoy ya no puedo ser visto,
es cierto que mi nombre ya no me pertenece.
Soy para siempre uno más.
lunes, 13 de abril de 2009
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